La agencia secreta

Off: Viene de Buenos Aires "Hospital Belgrano".


El avión particular aterriza en un helipuerto. Mi guardia personal me lleva por un pasillo por el cual salimos a un estacionamiento. Sin dejarme mirar demasiado, lo atravesamos y subimos unas escaleras de piedra. Me lleva hacia la entrada principal, que esta custodiada por dos estatuas con forma de condor cada una. Entramos al establecimiento, y en el vestibulo me esperan dos personas. Miro mi reloj y me marca que son las diez y media.
-Buenos dias, señor Campos, es un gusto tenerlo con nosotros. Mi nombre es Maximiliano Paz y mi compañero es Marcelo Torres. El es quien nos financia.
-Eh... hola.
-Farias nos conto mucho sobre usted, señor Campos. Tiene una habilidad asombrosa, y espero que nos permita estudiarla. Venga por aqui y le presentare al señor Biancot, nuestro Rastreador.
Lo sigo, subiendo una escalera, y me lleva por diferentes pasillos. Cada vez que atravesabamos una puerta, Paz sacaba una tarjeta y la pasaba por una ranura.
-¿Señor Paz? Me preguntaba...
-Director Paz.
-¿Disculpe?
-Es director Paz. Con el señor Farias y con el señor Torres, aqui presente, somos los tres directores de los Laboratorios. Cada vez que te dirijas a uno de nosotros deberas llamarnos Director. ¿Comprendido? Bien, continuemos -dice con su constante sonrisa.
-Eh... de acuerdo. Queria saber que es exactamente un Rastreador.
-La Division Rastreador es el equipo evolucionado preparado para cumplir nuestras asignaciones mas dificiles.
-¿Tienen muchos evolucionados en esa División?
-Solamente uno: Joan Biancot. Su habilidad consiste en rastrear cualquier persona u objeto a lo largo del mundo. Nuestro Servicio de Inteligencia buscan y escriben los expedientes de cada evolucionado y la División Rastreadora, más exactamente Biancot, los busca. Asi es como te encontramos. Como todavia no tenemos ningun Rastreador de Terreno, el Director Farias se ofrecio a ir con un equipo en su búsqueda. Pasa por aqui, por favor.
Me meten por una puerta que rez: DIVISION RASTREADORA DE LBW. Se trata de una sala circular con cuatro personas vestidas con un guardapolvo blanco (que tanto vi usar a los medicos del hospital) y en el centro hay una silla puesta sobre una tarima en donde esta sentado un africano bastante viejo. Tiene los ojos cerrados y parece estar temblando.
-¿Tiene algun problema?
-En lo absoluto -me responde Paz con una risita.- Biancot esta usando su habilidad para rastrear a un evolucionado que, según Inteligencia, es bastante peligroso. No sabemos exactamente en donde está. Trabajaba en el Instituo Balseiro, junto con el Director Farias. Su nombre es Leinad Añep. Es un telépata.
De repente, Biancot comenzo a sufrir convulsiones, deslizando la silla de izquierda a derecha.
-¿No deberían atenderlo? -pregunto alarmado.
-No. El problema es que Biancot esta bastante viejo, y el uso de su poder durante casi sesenta años le trae alguna secuela de vez en cuando. Es perfectamente normal.
¿Normal? Ese tipo parece estar sufriendo su poder.
-Doctora Jonhs, anote lo que el agente Biancot le diga, por favor.
Me giro a mi izquierda al oir esa voz. Es el Director Torres, y es la primera vez que lo escucho hablar. Una doctora se acerca a Joan Biancot con una pantalla digital y comienza a escribir, mientras el evolucionado le dicta en un murmullo. Cuando terminó, la doctora Jonhs se acercó a Paz.
-El agente Biancot rastreó a Leinad Añep en Los Ángeles, Director Paz.
-Excelente. Acompáñeme, señor Campos. Lo llevaré a su habitación en donde encontrará su nuevo equipo y en donde podra esperar al señor Arcángel y a la señorita Alba.
Sin darme tiempo a responder, me sacan de la habitación.

Estaba en unas instalaciones enormes. ¿Vieron alguna vez esas películas norteamericanas donde muestran las sedes de la CIA? Bueno, estaba en un lugar parecido, pero meramente científico. Era un complejo de laboratorios dedicados a estudiar las habilidades de la gente. Cuando llegamos nos habían entregado unas tarjetas magnéticas que permitía el acceso a determinados lugares. Dado que la habitación que nos habían dado tenía cocina incluída y que Alba quería cocinar algo, yo me dediqué solo a investigar el sitio.
Al cabo de un rato de deambular llegué al lugar donde los científicos y el doc debatían acerca de cual iba a ser el siguiente paso de la investigación.
-Tenemos que encontrarlo, él sabe más todos nosotros. Él, tan sólo con un reducido grupo de científicos de distintas áreas, realizó grandes avances en neurología, genética, bioquímica y noética. Es todo un prodigio. -Defendía Paz.
-Es un telépata muy poderoso, no tenemos el equipo para acercarnos lo suficiente sin que estemos bajo su influencia. Yo creo que es del tipo de persona que deberíamos empaquetar y mantener sedado. -Explicaba Farías.
-¿De quién hablan?
-Del doctor Leinad Añep, un brillante científico norteamericano con habilidades telepáticas muy avanzadas. Conozco parte de su investigación y nos serviría para avanzar con la nuestra. Él sólo demostró una conexión entre la teoría de las supercuerdas y la ley de atracción, explicando que la telekinesis y poderes semejantes como la pirokinesis o el telemagnetismo se debían a como se dirigía el pensamiento; dado que los pensamientos tienen masas y que entre dos cuerpos con masa se genera una atracción, planteó una forma de explicar como el pensamiento puede mover determinado tipos de objetos y energías.
-Pero también es un tipo muy peligroso, hasta donde sabemos, retuvo a un montón de gente contra su voluntad, obligándolos telepáticamente a realizar experimentos para entender este tipo de cosas. No creo que sea buena idea ir a preguntarle como anda su investigación, me parece que deberíamos buscarlo para encerrarlo.
-¿Cuántas probabilidades tenemos de atraparlo?
-Con el equipo de personas que tenemos, creo que son muy nulas las posibilidades de acercarnos a un radio de un kilómetro de él -Respondió Farías, pero luego al mirar al doc agregó:-. Pero él tiene un límite, no puede leer todas las mentes del mundo, por eso siempre está en lugares alejado de zonas céntricas o muy pobladas, porque no resiste en su cabeza la presión de muchas mentes trabajando al mismo tiempo. Y creo que tenemos mil mentes que puedan acercarse a él, ¿o no?

-Si te refieres a mi, no. Puedo hacer... o sacar, no se como lo llaman ustedes... hasta cinco copias. O sea, seríamos yo y cinco yos, Azul y Alba.
Farías se lleva una mano a la barbilla pensativo.
-Yo creo que son suficientes, ¿no le parece, director Torres? -dijo el director Paz, con su amplia sonrisa.
Torres lanzó un gruñido como única respuesta.
-Yo creo que no, Max. Los muchachos ni siquiera están entrenados. Ellos no son Aataca o MaConn. Deberíamos mandar apoyo, y ante cualquier problema intervienen.
-¿Quiénes son Aataca y MaConn?
-Vamos, Matías. Ellos tres tienen poderes. Yo llamo buena suerte al tres contra uno.
-Esperen ¿Por qué no entramos y lo hablamos de una manera civilizada?
-Limitense a cumplir las órdenes, rastreadores. Mañana tienen que estar preparados en el helipuerto a las 7 A.M. Ni un minuto antes, ni un minuto después. Pueden retirarse.
Cerrada nuestra participación en el asunto, Azul y yo salimos de la oficina. Yo miro la tarjeta que me dieron.

RASTREADOR Nº2
NOMBRE: RAY CAMPOS
CÓDIGO: 0155

Le echo una ojeada a Azul y me pregunto si el será el código 0156. Luego pienso que no dejé ninguna indicación de adonde me iba... Pero que idiota. Si en Buenos Aires todos piensan que me morí. ¿Qué habrá hecho Farías con mi cuerpo? Con el de mi doble quiero decir.

Una oleada de adrenalina recorrió mi cuerpo cuando despegaba el avión. En el asiento de mi lado Alba estiraba las piernas. Al ver que la observaba me dedicó una sonrisa. Del otro laso estaba el Doc leyendo unas hojas sobre Leinad Añep. Me dediqué un segundo a contemplar el paisaje montañoso que se desvanecía entre las nubes del otro lado de la ventanilla. Me senté en mi asiento y cerré los ojos.
Al instante estaba corriendo por un bosque de la Patagonia. El idiota de Mateo ota vez tenía bombitas de agua... ¿Cuándo iba a madurar? Había ido a buscar un poco de leña, pero las pocas ramas que había conseguido habían terminado mojadas. Entre los árboles divisé el color naranja de la carpa iglú para 6 personas... Splash!!!!
Pude ver que no era mi amigo...
-¡¡Alba!!
-Perdón, Mateo dijo que sería divertido una cacería en el bosque...
-¿Y yo era la presa? -Pregunté riendo. Ella me respondió tan sólo con una sonrisa.
-Vamos que las chicas deben estar desesperándose por empezar a hacer el fuego, está empezando a hacer frío...
Desperté en la butaca, un poco transpirado. Los sueños de ese día siempre me hacían sudar...

Off: Sigue en Los Angeles, "Brainstorming".